Grafología, reconocer la identida o interpretar los signos de la escritura

Desde el siglo XVII, a partir de la obra de Camilo Baldi (Trattato come da una lettera missiva si conoscano la natura e qualita dello scritture), sabemos que de la forma de la letra, de la presión, de la dirección de los trazos, etc., se puede deducir la personalidad del sujeto. De forma intuitiva establecemos una relación entre la letra de una persona y su forma de ser. Las madres y los maestros definen a sus hijos o alumnos como ordenados, desordenados, etc. Los compañeros de trabajo en los bancos y empresas, en la universidad, sin querer, trazan en su mente un cuadro psíquico sobre determinadas personas juzgando sus apuntes, notas, etc.

De esta constatación, la sicología o la criminología han sabiodo extraer importantes conclusiones para sus respectivas ciencias. Si el yo se manifestaba con ciega persistencia y ansiedad perpetua en la escritura, el subconsciente lo haría con mayor claridad. Este punto es el punto de partida de los peritos calígrafos (que cada vez son más grafólogos, si quieren ser buenos peritos) cuando estudian las falsificaciones. Los falsificadores imitan una letra, pero lo que evidentemente no pueden evitar es la manifestación tenaz de su propia personalidad que, tarde o temprano, aparece en su letra. Es así como sucumben al impulso de su mano, de su entramado nervioso, de su cerebro, de su organismo, de su cultura, de su consciencia y de su inconsciencia.